lunes, 15 de febrero de 2010

El amor y su puta madre

Que bonito es el amor...
Este mundo sería mejor si todo el mundo se amara...
El amor mueve montañas...
y bla, bla, bla, bla...


Hola queridos drugos y drugas.
Hoy, la mosca cojonera hembra presenta: el amor y su puta madre.
Vayamos al meollo. No digo que el amor no sea maravilloso y estupendo pero todo tiene un precio.
El caso es que deberíais saber que el amor es una trampa de la naturaleza. Una pequeña bromita que Natura nos gasta para asegurarse de que paramos nuevos miniyos.
Analicemos como ocurre el mencionado proceso amoroso:

Tu vives feliz, estudias, trabajas, vas a patinar, tienes un montón de amigos, vas a todos los conciertos, te emborrachas con la pandilla, estás en la flor de la vida y tus cualidades creativas y espirituales van en aumento. Eres un sol que todo lo ilumina y estás pensando en hacerte el camino de Santiago a pie.
De repente, un día, y sin previo aviso, captas la sombra de alguien que como una presencia sobrenatural te produce un sentimiento inquietante que de entrada no sabes clasificar pero que ralla.
Observas al sujeto con suspicacia e intentas comprender a que se debe la inquietud.
Te metes un tequila entre pecho y espalda y te olvidas del asunto.
Unos días después, cuando más a gusto estás, el sujeto se cruza en tu campo visual y Voilà!!!
Un goaul alienígena que crece por momentos está a punto de saltar de la boca de tu estómago devorándote las entrañas. El corazón se te acelera más que con un tiro de Poppers y sientes los pelos de tu cuerpo erizarse como escarpias. Tus glándulas sudoríparas empiezan a hacer horas extras y sientes un ligero mareo parecido a cuando coges un transbordador para irte de Vigo a Las Islas Cíes.
Cuando te recuperas del percance notas el otro efecto secundario: el colocón.
Porque es un colocón, queridos drugos y drugas. Speed del bueno, marihuana mexicana, brandy añejo...
Te trincas otro tequila y empieza el proceso de negación.
Imposible!!! Piensas.
Bah... ha sido un lápsus! Te autoconvences.
Sigues con tu vida y no piensas en el tema.
Pero vuelves a encontrarte con el sujeto y esta vez estas a punto de sufrir un accidente cardiovascular masivo y caer fulminada mientras los oídos te pitan y la tierra se hunde a tu alrededor...
Y en ese momento toda tu alma y tu corazón grita reverberante a la eternidad cósmica: NO!!!
Ya está! Ya la has cagao!
Maldita tu estampa, el cristo de Palacaguina y la virgen de los sicarios.
Te has enamorado. Simple y llanamente.
Y no se puede hacer nada...
Veamos que dicen en Internete:
“Síntomas que se manifiestan cuando nos enamoramos son algunos como la aceleración de la frecuencia cardiaca, sofocos, rubor y sudoración profusa en las palmas de las manos. Esto se debe a que estamos produciendo dopamina, norepirefrina y feniletilamina. La dopamina se considera la sustancia química del placer y produce felicidad. La norepirefrina es similar a la adrenalina y es culpable de las taquicardias y la excitación. Otro efecto comprobado en la gente enamorada es un descenso significativo de los niveles de serotonina, factor común en los pacientes con trastornos obsesivo-compulsivos”
Más claro agua, más espeso chocolate.
Así que porque cojones no inventan una pastilla para esto???
Si te apetece enamorarte te tiras de un globo aerostático al cráter de un volcán y palante. Y si no, pues te tomas la pastilla y tan feliz...
Pero no, no acaba la cosa ahí.
Pierdes el apetito por completo.
Andas todo el día empanao con la mirada vidriosa y las pupilas dilatadas como si fueras de jaco.
¡No puedes dormir!, Uno está reventao y muerto de sueño pero el amor es como el sulfato de anfetamina pureza 78 por ciento así que te jodes y bailas.
Volvamos a Internete.
“Los científicos usan imágenes de resonancia magnética para observar los cerebros de las personas enamoradas mientras observan fotos de los objetos de su afecto. Lo que los investigadores ven en esa fase de “No puedo pensar en otra cosa que en mi amor” (lo que yo llamo “Flechazus agudis o enchochens tremebunda”)
es la directriz biológica de centrarse en una persona. Los escáneres muestran aumentos de flujo sanguíneo en áreas del cerebro con altas concentraciones de receptores de dopamina, asociada con estados de euforia, ansiedad y adicción”
¡Ahí es nada!
Esto es lo me más me jode.
Aunque seas una máquina multitarea de última generación con el amor se te ha acabado el chollo.
Esto es porque cuando te enamoras no puedes hacer absolutamente nada más que padecer taquicardias, obsesión y dolor de estómago.
De repente todo lo demás te la trae al pairo.
Que te acribilla una plaga de mosquitos tigre, pues tu nada, a seguir con la sonrisa boba puesta.
¿Una bomba nuclear?
OK, no problem siempre que puedas morir abrazada a su pecho.
¿Guerra mundial?
Peccatta minutta. Os atrincheráis juntos con un AK47 o la palmáis en un campo de refugiados haciendo el amor.
¿Que un virus pandémico zombifica a la humanidad?
Pues os preparáis un suicidio gótico y bonito.
Y así sucesivamente...
Es evidente que el síntoma más acuciante es la pérdida total del sentido común pero el amor mola.
Es la droga mas politóxica y barata que hay.
No es mala para la salud.
Resucita el alma.
Te hace generoso y tolerante.
El sexo es celestial.
Y lo que es mejor: si consigues pasar con éxito de la primera fase dopamínica a la siguiente que es el amor oxitocina o pareja estable, quizá puedas ser feliz y comer perdiz.
Y si no, pastilla coño, pastilla.
A ver esas multinacionales farmacéuticas que tomen nota...
;D